Hasta pronto...

Nicolás Abelardo Oviedo Céspedes.

Maestransino desde los 16 años, hombre de trabajo, de su casa, marido dedicado, padre y abuelo cariñoso. Muy cariñoso.
Cursillista del primer cursillo de la zona Sur, a principio de los años 70. Creador de grupos matrimoniales. Formador de Pre-matrimoniales. Catequista, y por siempre misionero. Siempre presente en la parroquia de Fátima, hasta que comenzaron sus pruebas como el oro, que tiene que pasar por el fuego para purificarse.

Todas las semillas que sembró dieron buenos frutos, en sus hijos, en sus nietos y ahora en sus pequeños bisnietos. Hombre de gran corazón que junto con su señora, Adriana, nunca le negaron alojamiento a ningún necesitado, nunca negó una palabra de apoyo, ni un consejo. La familia que formó junto con su señora siempre lo recordará y siempre tendremos en la memoria sus rabietas, sus alegrías, sus risas, sus cantos, sus tocas de guitarra en la guata, sus tumbai tumbai tumbalalai, sus retos, pero por sobre todo sus cariños.

Viejo, Chilito, Don Nicolás, Papá, Nonito, siempre lo tendremos en nuestros corazones, nunca dejará de estar presente en nosotros. Con cariño, descanse en paz.
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Mi viejo, mi nonito, ya se le hecha de menos, tengo pena, pero también estoy tranquilo de pensar que está arriba cantando con los tíos, con sus papás, con todos. Debo decir que me harás falta en el paso que tomaré ahora, pero se que tengo un angelito de la guarda cuidándome y estando conmigo en todas, como mi abuelo, como mi padrino, como mi hermano de colores, lo echaré de menos pero mientras lo tengamos en nuestros corazones. Te quiero mucho viejito, nos veremos en el quinto día, y que el suyo sea hermoso y lleno de alegría como a usted le gustaba.

Nonito, descanse en Paz...